Casi
todo lo que fue, narra la llegada a Barcelona de los
abuelos paternos de la escritora Gemma Artasu, desde su Navarra natal, a
principios del siglo XX. Es así como una Barcelona que ya no existe se
despliega en todo este hermoso texto, y recupera una parte muy importante de la
historia de la ciudad a modo de ejercicio contra el olvido.
El Hospital Militar de
Barcelona y sus jardines, el actual Parc Sanitari Pere Virgili, será bajo la
mirada de la autora una idealizada Arcadia de su infancia, pues sus abuelos
fueron porteros de ese Hospital, desde 1956 a 1970, pudiendo desde ese
epicentro de la memoria hablar de su precedente en la calle Tallers, en un
antiguo convento mercedario, de la Guerra Civil y sus estragos, del exilio
republicano y del destino trágico que fue Argèles-sur-Mer.
La escritora, sobrina
nieta segunda de Monseñor Mateo Múgica, hace también un retrato de quien fuera
obispo de Vitoria y doblemente exiliado, desde la admiración, el afecto, y los
desórdenes de la historia. Nos detalla, asimismo y desde la figura de su
bisabuelo, su arraigo en la nobleza navarra, y se entretiene con la
palabra en Puente la Reina, Muniáin de la Solana, Azcona, Zugarramurdi y
Vitoria-Gasteiz.
Su bisabuela mestiza,
hija de navarro y de india de la Amazonia brasileña, tendrá un papel relevante
en la narración, así como sus ancestros indios a modo de oráculo y de guía, que
se revelarán indispensables en toda esta melancólica crónica de un tiempo
extinguido.
Y por último, el barrio
de Sant Andreu, el barrio de la autora, en el que sus abuelos pasarían sus
últimos días, se muestra en la narración como un contrapunto imprescindible a
todo lo que un día tuvo vida.
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