ISBN 978-84-941279-7-7
PVP 18,00 € (IVA INCLUIDO)
FORMATO 155x230 mm
PÁGINAS 296
IDIOMA CASTELLANO
COLECCIÓN THOT NARRATIVA
ENCUADERNACIÓN RÚSTICA CON
SOLAPAS
Santiago Maestro, nació en Pastriz (Zaragoza) en 1957. Cursó estudios en la Escuela de Profesorado de E.G.B. en la Universidad de Zaragoza. Vive en Lleida, ciudad en la que trabaja actualmente.
Es premio de poesía de la
I convocatoria de la Casa Castilla-León de Lleida (1992). En 1993 y 1994
consigue el premio de la IX y X Muestra Nacional de Teatro de Almagro por las
comedias A la pata coja y El que no corre, vuela u Oposiciones para Opositar, ambas
representadas con éxito en el famoso Corral de Comedias de la mencionada
localidad. Ha escrito más de sesenta comedias entre las que destacan junto con
las premiadas, Las galletas del amor (Editorial Ribera&Rius. Lleida, 1995),
Los costureros (Editorial Ribera&Rius. Lleida, 1996), Cal Buffalá, La
Clamor amarga, La comedia de las guindillas y De oficio, Justicia: un sueño de
libertad (Ediciones Justicia de Aragón. Zaragoza, 2000) que, a pesar de
tratarse de un texto teatral, va por la segunda edición. Cosas Mías y La Tierra
del Sol, son dos poemarios que la editorial Pagès le publicó en 1991 y 1993. Su
primera novela ¡Poder, no hay quien pueda contigo! (Editorial Ribera&Rius.
Lleida, 1995) fue publicada en catalán ese mismo año. Ha continuado con la narración
encontrándose cada vez más cómodo y de ahí que hayan ido apareciendo títulos
como Recias telas de araña (Editorial Milenio. Lleida, 1997), La verdadera
historia de Pichorras en Pastriz (Mira Editores. Zaragoza, 2001) y Juan de
Lanuza IV. Justicia de Aragón (Editorial Delsan. Zaragoza, 2004).
SINOPSIS
Juanjo, un joven
periodista, recibe un extraño encargo de su tía: recoger por escrito retazos de
su vida y darle una estructura biográfica. Lo que simplemente parece un
entrañable ensayo familiar, se convierte, conforme avanza el relato, en una
pesadilla de proporciones insospechadas.
Novela de intriga
enriquecida con fragmentos costumbristas adyacentes. Bien estructurada, ágil y
de trazo firme. Retrata con nostalgia un mundo en el que los personajes se
entienden con la vida y, de alguna manera, juegan un papel más o menos
elemental, mientras que otros únicamente parecen enfrentarse con una existencia
sin posibilidad de cambio, como si la fatalidad se hubiera convertido en su
único e inamovible destino.
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